Las obras de Juan Del Balso expresan una cierta voluntad de ser; de los personajes, de los objetos, de los materiales. Son obras que resaltan por ellas mismas, sin necesidad de explicaciones, sin prerequisitos.
Sus figuras son, generalmente, símbolo de una angustia colectiva, donde las partes más primitivas del hombre sobresalen con fuerza, para dejar atrás el hombre civilizado, la "convicción de la necesidad". Algunas veces, estos personajes pueden parecer temerosos, otras aparecen fuertes y decididos, pero no dejan de ser nunca expresiones de un carácter profundamente humano, de una transición natural.
En sus obras, la materia tiene un rol fundamental, ya sea cuando el artista elige con atención los pedazos de madera, hierro, etc. para después "construir" sus obras; como cuando trabaja con distintas texturas sobre materiales tanto convencionales como extraños a la escultura/pintura.
Invariablemente, es siempre la marca/signo del material que resalta, y tiene un carácter protagonista, ya sea cuando el artista le otorga un nuevo significado a una materia ya existente, como cuando elige crear desde la nada.
Son obras que más que mirarlas, se quisiera tocarlas, por que cada parte de ellas, hasta el más mínimo rasguño, cuenta una historia, historia a veces hechas propia, a veces salida desde el interno. Cuento que es obra de arte, porque sus esculturas, sus pinturas hablan de él, y él habla a través de ellas, expresando sus pensamientos y sensaciones.
A veces, el artista manifiesta sus convicciones, y cada obra quiere ser expresión/filosofía de vida, otras veces, Del Balso deja salir una versión más infantil de si mismo y las obras demuestran un lado más lúdico y simpático de su persona.
En fin, Del Balso es un artista ecléctico, y es ecléctico porque acepta todas las partes de su ser, que luego se transforman en obras de arte, con un mundo propio de contar.
Firenze 2007, Mariela Cartellone
